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Porque necesitas una web artista

¡Deja de ser un pringao digital y monta tu puta web de una vez!

Introducción: ¿Por qué coño necesitas una web, pedazo de artista?

Venga, admítelo. 

Estás ahí, tocando los subs en Instagram y TikTok, pensando que eres la hostia porque tienes cuatro seguidores y tu abuela te da like. 

Pero, ¿sabes qué? 

Eso no es suficiente, artista. 

Si quieres triunfar en este mundillo de locos que es la música, necesitas una puta web. 

Sí, has oído bien. 

Una web. 

Esa cosa que pensabas que era solo para frikis informáticos y empresas aburridas.

Pero no te rayes, que aquí estamos para explicarte por qué necesitas una web más que el aire que respiras, y cómo va a cambiar tu vida musical para siempre. 

Así que deja de rascarte los likes, pon atención y prepárate para entrar en el siglo XXI de una puta vez.

1. Tu casa en Internet: Más importante que tu local de ensayo

Vale, tienes tu perfil en Spotify, tu cuenta de Instagram y hasta te has hecho un TikTok bailando como un pato mareado.

 Pero adivina qué:

TODO ESO NO ES TUYO. 

Sí, has leído bien. 

NO ES TUYO 

Esas plataformas pueden cambiar sus reglas cuando les salga de los cojones, banearte porque sí, o simplemente desaparecer (¿alguien se acuerda de MySpace?).

Tu web, en cambio, es tu puto reino. 

Es como tu local de ensayo, pero en Internet. 

Puedes decorarlo como te dé la gana, meter el contenido que quieras y nadie te va a decir una mierda. 

¿Quieres poner una foto tuya en pelotas tocando la guitarra? 

Adelante. 

¿Un vídeo de 10 horas de tu gato durmiendo con tu música de fondo? 

Es tu web, haz lo que te salga del sub.

Además, tener tu propia web te hace parecer más PRO ,Bro (madre mía)

Y sí, ya sé que eres un artista y que te la suda parecer profesional, 

pero créeme, a los promotores, discográficas y fans les importa. 

Es como ir a una entrevista de trabajo en chandal, 

asumelo 

no eres Kany West ni Bad Gyal 

así que puedes ser el puto Mozart, 

pero nadie te va a tomar en serio.

2. Control total: Sé el dictador de tu propio país digital

¿Te has fijado en cómo las redes sociales te limitan? 

No puedes poner links donde quieres, 

no puedes vender tu mierda directamente, 

y encima tienes que pelear contra un algoritmo que cambia más que el tiempo en Londres. 

Es como tocar con una mano atada a la espalda y un calcetín en la boca.

Con tu web artista, tú mandas. 

Punto. 

Quieres poner un botón gigante que diga «COMPRA MI PUTO DISCO» en medio de la página principal? 

Hazlo. 

¿Una newsletter (como la nuestra) para que tus fans reciban tus gilipolleces directamente en su correo? 

Dale caña. 

¿Un blog donde contar tus movidas de rockstar? 

Nadie te lo va a impedir.

Es tu espacio para hacer lo que te salga de los subs, sin tener que preocuparte por si estás cumpliendo las normas de comunidad de turno o si el algoritmo te va a castigar por decir «hostia».

3. SEO: O cómo hacer que Google te quiera más que a su puta madre

Vale, igual esto del SEO te suena a FEO (me brotan las rimas, no lo puedo evitar).

Pero escucha bien, porque es importante: 

SEO significa «Search Engine Optimization», 

o en cristiano, «hacer que Google te quiera». 

Y créeme, quieres que Google te quiera. 

Porque cuando alguien busque «el mejor puto músico de [tu ciudad]», 

quieres aparecer tú, no el cartulino de tu vecino que se cree DJ porque tiene un Spotify Premium.

Con una web propia, puedes trabajar tu SEO como un campeón. 

Puedes optimizar tus textos, tus imágenes, tu estructura… 

todo para que Google te vea y diga «hostia, este tío/tía renta». 

Y cuando Google piensa que renta, te pone arriba en las búsquedas. 

Y estar arriba en las búsquedas significa más visibilidad, más fans, más bolos y, en resumen, más pasta.

Además, con tu pagina web de artista puedes crear contenido específico para cada cosa que haces.

¿Sacas un nuevo single? 

Haz una página dedicada a él. 

¿Tienes una gira?

Otra página. 

Todo esto ayuda a que Google te entienda mejor y te posicione para las búsquedas relevantes. 

Es como tener un ejército de comerciales trabajando para ti 24/7, pero sin tener que pagarles ni aguantar sus chistes de mierda.

4. Vende tu mierda sin intermediarios

A ver, seamos sinceros. 

Estás en esto para vivir de la música, no para ser el próximo Gandhi. 

Y para vivir de la música, necesitas vender. 

Ya sea tu música,

tu merch,

o tu alma al diablo,

necesitas que la gente te dé pasta.

Con tu propia web, puedes montar tu tienda online sin que nadie te cobre comisiones abusivas. 

Spotify se queda con un pastizal de tus reproducciones, 

Amazon se lleva un buen pico de tus ventas de merchandising… 

pero en tu web artista , todo el beneficio es para ti (bueno, menos los impuestos, pero eso es otra historia).

Puedes vender tus discos, 

tus camisetas, 

tus púas de guitarra usadas, 

o hasta mechones de tu pelo si tienes fans lo suficientemente perturbados o tienes pelo. 

El límite lo pones tú (y quizás las leyes de tu país, pero eso ya es cosa tuya).

5. Construye tu lista de correo: Tu arma secreta para dominar el mundo

Vale, igual piensas que el email es cosa de viejos y que tú ya tienes Instagram. 

Pero déjame que te cuente un secreto

el email sigue siendo la hostia para conectar con tus fans. 

¿Por qué? 

Porque llega directamente a su bandeja de entrada,

sin algoritmos de por medio, sin distracciones,

solo tú y tu fan en una conversación íntima (bueno, todo lo íntima que puede ser un email).

Con tu web, puedes crear formularios para que la gente se suscriba a tu newsletter.

Y una vez que tienes sus emails, tienes oro puro artista. 

Puedes avisarles de tus nuevos lanzamientos,

de tus conciertos,

de tus ofertas especiales… 

y lo mejor de todo,

ES GRATIS 

y llegas a todos tus suscriptores,

no como en las redes sociales donde solo llegas al 2% de tus seguidores si tienes suerte.

Además, tener una buena lista de correo impresiona a las discográficas y a los promotores. 

Es como decirles

«Mirad, cabrones, tengo X mil personas que quieren saber de mí»

¿A qué rento?».

artistas

6. Cuenta tu historia: Sé el protagonista de tu propia película

Tu web artista es el lugar perfecto para contar tu historia. 

Y no, no me refiero a poner una bio aburrida de dos líneas. 

Hablo de contar quién coño eres, 

de dónde vienes, 

por qué haces música 

y por qué la gente debería importarle una mierda lo que haces.

Puedes crear un blog y contar tus movidas, tus inspiraciones, tus procesos creativos… 

Todo eso que no cabe en un post de Instagram o en un tuit. 

Es tu oportunidad de mostrar tu personalidad, de conectar con tus fans a un nivel más profundo. 

Y créeme, los fans adoran esa mierda. Les hace sentir especiales, como si fueran tus colegas.

Además, todo ese contenido es genial para el SEO (¿te acuerdas de lo que hablamos antes?).

 Cuanto más contenido relevante tengas, más le gustas a Google. 

Y ya sabes lo que pasa cuando le gustas a Google, ¿verdad?

7. Analítica: Conoce a tus fans mejor que a ti mismo

Con tu propia web, puedes instalar herramientas de analítica que te van a dar más datos que la puta NASA. 

Podrás saber de dónde viene tu audiencia, 

qué páginas visitan más, 

cuánto tiempo pasan en tu web, 

qué links clican… 

Vamos, que vas a saber más de tus fans que sus propias madres.

Y esa información es oro bro (xd) . 

Puedes usarla para saber dónde dar conciertos, 

qué tipo de contenido gusta más, 

qué productos venden mejor… 

como tener una bola de cristal, pero en vez de predecir el futuro, te dice cómo ganar más pasta, artista!

8. Flexibilidad: Cambia tu web como cambias de Tanga (o más)

Las redes sociales son como esos pantalones ajustados que te pusiste en los 90 (si es que habías nacido):

 incómodos y difíciles de cambiar. 

Tu web, en cambio, es como ir en chándal: cómoda y fácil de adaptar.

¿Quieres cambiar tu imagen? 

Actualiza el diseño de tu web. 

¿Nuevo álbum? 

Crea una landing page específica. 

¿Te has emborrachado y has decidido cambiar de género musical? 

No problem, 

adapta tu web en consecuencia.

Tu web evoluciona contigo, y eso es la hostia. 

Porque tú, como artista, 

estás en constante evolución (o eso espero, porque si sigues haciendo la misma mierda que hace 10 años, tenemos un problema).

9. Credibilidad: Que te tomen en serio de una puta vez

Ya sé que eres un artista y que te la suda lo que piense la gente. 

Pero adivina qué: 

a la industria musical sí le importa. 

Y tener una página web artista  profesional te da un aire de seriedad que no consigues solo con tus redes sociales.

Cuando un promotor, 

un periodista 

o una discográfica busque información sobre ti, 

¿qué crees que les va a impresionar más?

¿Tu Instagram lleno de selfies en el baño ?

¿o una web profesional con toda tu información, tu música, tus vídeos y tu historia?

Una web bien hecha es como llevar un traje a medida: 

te hace parecer la hostia aunque por dentro sigas siendo el mismo payaso de siempre (como Kanye West).

10. Longevidad: Tu legado digital, joder

Las redes sociales van y vienen. 

¿Te acuerdas de MySpace? 

¿Y de Vine? 

Joder que viejo soy, tu igual ni habías nacido.

Exacto, ahora son historia. 

Pero tu web, artista, puede durar para siempre (o al menos hasta que dejes de pagar el hosting).

Tu web es tu legado digital. 

Es el lugar donde tus fans del futuro podrán descubrir quién coño eras y por qué molabas tanto. 

Es como dejar tu huella en la historia de la música, pero en vez de tallarla en piedra, la estás tallando en código HTML.

Conclusión: Deja de ser un pringao y monta tu puta web YA

A ver, después de todo lo que te he contado, 

si aún no estás convencido de que necesitas una web, 

es que eres más duro de mollera que una piedra. 

Una web no es un lujo, es una puta necesidad en el mundo musical actual.

Es tu casa en Internet, 

tu tienda 24/7, 

tu conexión directa con tus fans, 

tu carta de presentación para la industria 

y tu legado para la posteridad. 

Es la herramienta más versátil y poderosa que puedes tener como músico en la era digital.

Así que deja de poner excusas, 

deja de decir que no sabes de tecnología 

o que no tienes tiempo. 

Hay mil formas de hacer una web, 

desde hacerla tú mismo con plataformas sencillas hasta contratar a un profesional. Lo importante es que la hagas, 

y que la hagas YA.

Porque cada día que pasa sin tener tu web, 

es un día que estás perdiendo oportunidades, 

fans 

y, sí, pasta. 

Así que mueve el culo, pon manos a la obra y entra de una puta vez en el siglo XXI.

Y recuerda: 

en Internet, si no estás, no existes. 

Así que existe, joder. 

Monta tu web y demuestra al mundo que eres más que otro gilipollas con una guitarra y un sueño. 

Eres un gilipollas con una guitarra, un sueño y una web de puta madre. 

Y eso, amigo mío, 

hace toda la diferencia.